Sugar está aquí por el pastel y nada más. No está orgullosa del hecho de que se cuela en las
bodas sólo por el postre, pero no puede evitarlo.
Hay mucho amor en ellos y son tan especiales y ella sabe que nunca tendrá una propia. Pero todo cambia cuando prueba a Hank.
Hank trabaja en la construcción, así que es
bueno con sus manos. Nunca pensó que tendría
que intervenir como panadero, pero cuando el pastel de su hermano se destruye la mañana de la boda, ¿qué opciones tiene? Una mirada a la mujer desconocida comiendo su dulce delicia y él está listo para darle más.
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