Promesas Que Unen
Elizabeth
haría cualquier cosa, absolutamente todo, por salvar la herencia que le
ha dejado su padre, incluyendo el contraer matrimonio con Asa
MacIntyre, un alto y atractivo pistolero de anchos hombros, caderas
estrechas y ojos grises como la plata, que goza de una reputación
implacable y al que le gusta acabar lo que empieza.
Asa sueña con unas tierras que pueda llamar suyas, una esposa y el respeto que viene aparejado con todo ello. El hecho de casarse con Elizabeth puede haber comenzado como un mero medio para alcanzar sus fines, pero ni los sueños más delirantes de Asa lo han preparado para la excitante aventura de descubrir a la apasionada mujer que se esconde bajo el pulcro y estricto aspecto de su esposa.
Asa sueña con unas tierras que pueda llamar suyas, una esposa y el respeto que viene aparejado con todo ello. El hecho de casarse con Elizabeth puede haber comenzado como un mero medio para alcanzar sus fines, pero ni los sueños más delirantes de Asa lo han preparado para la excitante aventura de descubrir a la apasionada mujer que se esconde bajo el pulcro y estricto aspecto de su esposa.
Promesas Que Cautivan
Desde la trágica muerte de su prometida, Puma McKinnely tiene un serio
problema: a pesar de haberlo intentado todo, es incapaz de mantener
relaciones con una mujer, de modo que acude al peor burdel de la ciudad
en un intento desesperado por resolver su problema. Allí le ofrecerán
los servicios de Mara, una chica nueva que, con toda seguridad, le hará
disfrutar de nuevo; y, efectivamente, el deseo lo inflama tan pronto
como la ve.
Pero, cuando Mara, incluso bajo los efectos de una droga, da muerte a
la dueña del burdel y su esbirro, Puma es consciente por primera vez de
que la chica no estaba allí por propia voluntad. Decide entonces
alejarla de aquel lugar mientras aún permanece drogada y se promete a sí
mismo que cuidará de aquella menuda y frágil muchacha que tanta pasión
despierta en él.
Sin embargo, no ha contado con la terquedad de Mara, que se niega a
contraer matrimonio con él a pesar de su precaria situación, ni con el
hecho de que las noticias sobre su pasado puedan enturbiar su vida. Y el
único camino que conoce para superar las dificultades es alimentar el
deseo de la mujer que ama.