Mi tarea es sencilla: secuestrar a la princesa Rolfe. Pero en cuanto la veo, me doy cuenta de que es todo menos sencilla.
Rancor, líder de Los Teeth, me ha ordenado que vaya a por ella a cambio del veneno de la Serpiente Dorada. Pero mi plan se descarrila inmediatamente cuando la siento. Cuando siento cuánto me desea...
He tenido muchas amantes a lo largo de mi vida, pero su pasión las avergüenza a todas. Una noche se convierte en dos... y luego en tres... y entonces queda claro que todas mis noches estarán reservadas para esta mujer. Pero le di mi palabra a Rancor y tengo que mantenerla.
Es demasiado feroz para tomarla por la fuerza, así que la drogo antes de robársela a Delacroix. La escolto hasta Los Teeth y la dejo allí hasta que Rancor me cuenta sus planes. —Jugaremos con ella un rato... y luego nos la comeremos. Y cuando su padre venga a por ella, nos lo comeremos a él también.
Con mi obligación cumplida, soy libre de irme. ¿Pero puedo dejar a una mujer tan hermosa a un destino horrible?
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