Una nueva versión de la Bella Durmiente...
La curvilínea princesa Rose no cree en la maldición que se lanzó sobre ella cuando nació. Mientras que siete hadas buenas le ofrecieron regalos de belleza, gracia e ingenio, un hada malvada la maldijo a pincharse el dedo con el huso de una rueca y dormir durante cien años. Sus mejores amigas tampoco creen en eso, y convencen a Rose para que demuestre que se equivocan al probar la única rueca que gira en el reino.
Tavian siempre ha estado enamorado de la princesa. Desafortunadamente, ella fue prometida a alguien más. Cuando no puede evitar que juegue con fuego y desafíe a la maldición, abandona el reino y jura regresar por ella cuando sea el momento adecuado. Pero estar allí para despertarla después de que hayan transcurrido cien años significa encontrar una manera de volverse inmortal, o al menos de prolongar su vida. El hada malvada es quién llega con la solución: ella lo convierte en un oso cambiante.
Una nueva versión de Caperucita Roja...
Se acerca el día de la Elección, Scarlett acaba de cumplir dieciocho años y es candidata para ser elegida como tributo al hombre lobo que ha estado aterrorizando su aldea durante años. Sin embargo, Scarlett no es una damisela en apuros y no hará nada sin luchar. Se ha estado entrenando con las dagas de caza de su padre desde que era una niña, y está segura de que si alguna vez se encuentra cara a cara con el malvado lobo cambiante podría tener la oportunidad de matarlo y liberar a su gente.
Braden es un oso cambiante que se ha propuesto perseguir a los malvados que cambian de forma y usan sus poderes sobrenaturales para esclavizar a los humanos. Él llega a la aldea de Scarlett justo antes de la Elección a tiempo para encontrarse con ella y darse cuenta de que ella es su alma gemela. Desafortunadamente, Scarlett cree que todos los cambiantes son crueles. Cuando la eligen y la envían como tributo al bosque, le toca a Braden salvarla y demostrarle que él es diferente. Él hará cualquier cosa para mantenerla segura y feliz, incluso arriesgar su propia vida. Pero ¿será suficiente?
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