Mi pasado y mi presente.
Fantaseaba con él.
Fueron sus labios sobre los míos, sus manos las que me inmovilizaron. Su áspera barba que raspaba mi cuello mientras me decía qué hacer. Era natural que mi mente se consumiera con pensamientos sobre él. Después de todo, me había enamorado de él hace años, pero nunca podría ser por tantas razones.
"Dime que lo quieres". Su voz áspera atravesó la noche y no me pude resistir. Era un comando del que había caído presa, y ahí es donde realmente comienza mi historia.
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