Athena se despierta en el infierno.
Bueno... es una nave de esclavos alienígenas, pero bien podría ser un infierno porque solo tiene tres opciones.
Emparejarse. Convertirse en una esclava sexual. O ser asesinada.
Grandes opciones.
Desesperada por la libertad, se presenta una oportunidad de supervivencia con el guapo y pícaro alienígena llamado Xul.
Pero Xul está atrapado en sus propios problemas y en una misión que no puede permitirse dejar que fracase, una que podría verse fácilmente comprometida si se atreviera a abrir su corazón.
Eso no la deja con muchas opciones y no ayuda que lo encuentre completamente frustrante... y fuerte, ardiente, irresistible...
Ella realmente no debería estar pensando en él así. ¿O sí?
Hay dos tipos de infierno.
El que los sacerdotes predican y luego este.
Atrapada en una nave de esclavos alienígenas, Piper es subastada y arrojada a una celda con... algo.
Es un alienígena con reputación.
Un guerrero. Una bestia. Un asesino.
Él es peligroso.
Una criatura fría, con un corazón frío... uno muy diferente al suyo.
Uno pensaría que enamorarse de una máquina de matar alienígena era algo tan descabellado que nunca sucedería.
Bueno, también estaba siendo secuestrada entre otros 7,5 mil millones de humanos en la Tierra, y eso había ocurrido...
Oye, ¿qué es lo peor que podría pasar?
Cuando salió del gimnasio para irse a casa a pasar una noche tranquila, lo último que esperaba era ser secuestrada por alienígenas para luego ser arrojada a una lucha por la vida y la supervivencia a bordo de una nave de esclavos alienígenas.
Ahora ese capítulo ha terminado y hay otro obstáculo en su camino: sobrevivir en un planeta desértico donde todo vive para matar... todo el tiempo tratando con él...
Yce.
El alien con el que está atrapada.
Es de otro mundo, extraño y absolutamente confuso.
Ella lo odia y el sentimiento parece ser mutuo.
El problema es que están atrapados con la compañía del otro hasta que lleguen al puesto de avanzada para enviar un mensaje de ayuda.
Los alienígenas son la razón por la que está en esta situación e Yce probablemente no sea mejor que sus captores...
Excepto que él es... es muy diferente... y eso es algo que ni siquiera el odio puede ignorar.
Ser capturada por extraterrestres cambia todo para Song. En un momento, está a punto de completar la escuela con toda su vida por delante; al siguiente, la arrojan a una pesadilla fuera de este mundo.
En un mundo donde es cazada, se apoya en la única constante que ha estado allí desde el principio...
Él.
Kyris.
Su ángel guardián...
O eso piensa ella.
Lo que él quiere de ella está lejos de ser sagrado...
¿Nuevo trabajo, nueva ciudad y luego secuestrada por alienígenas?
Exactamente de la forma en que Evren había imaginado su año.
No.
Agrega vivir en una base llena de rebeldes y, bueno, quienquiera que estuviera a cargo de su destino definitivamente se estaba divirtiendo.
Probablemente también tendría que convertirse en una rebelde intergaláctica... excepto, ¿era ese el camino que se suponía que debía tomar?
En medio de descubrir su papel en esta nueva vida, Evren se encuentra acercándose a un rebelde que la había rescatado: un alienígena alto y sexy llamado Kyro, cuya presencia la hace sentir un hormigueo en lugares que podrían meterla en problemas.
Él tira de ella de una manera que no puede entender, especialmente considerando que es... extraño.
Es diferente a los demás y eso probablemente se debe a que guarda un secreto, un secreto tan guardado que ni siquiera sus hermanos en la pelea lo saben.
Es un secreto tan profundo que necesita mantenerse alejada.
Por su seguridad y por la de él.
Pero ¿cómo puede resistirse cuando sigue mirándola como si le perteneciera?
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