Sonaba la canción de Estopa “Cuando tú
te vas” justo cuando
estaba pensando que en breve se echaría
el frío del invierno, la lluvia y la
humedad se apoderaran de todo y sobre
todo, de mi
frágil sistema termorregulador. Frágil al
frío, a la oscuridad de los días en el
norte, a las nieblas y la incesante lluvia
que obligaba a salir a la calle como si
una fuera a viajar al espacio .Había
perdido la cuenta de los años que
llevaba viviendo en Bilbao, a pesar de
que había venido sólo por tres meses en
un principio.
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