Kelly ha caído en la monotonía de la vida rutinaria. Su cumplimiento se halla en el lavado, la limpieza, el planchado de su trabajo. No está segura de cuando sucedió, pero el entretenimiento, la espontaneidad y la emoción en su vida se perdió en algún momento a lo largo del camino.
Así que cuando le preguntan para una cita con un magnífico hombre que demanda su atención, Kelly no está tan segura de que sea para ella. Ha pasado un tiempo, por decir lo menos. Sería fácil de rechazar, quedarse en casa, terminar ese montón de planchado de ropa y luego responder algunos correos electrónicos de trabajo. La idea de ser tan organizada solo trae una sonrisa a su cara. Pero con el apoyo de su mejor amiga, ella pica el anzuelo y accede. Adiós planchado, hola preciosa.
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