Brent había prometido no casarse nunca, pero la vida le tenía
preparada una sorpresa. Tendría que hacerlo si quería conservar lo que
más quería, su empresa.
¿La candidata? Dina, una desconocida que tenía mucho que ganar.
Un matrimonio de conveniencia.
Un pacto con una regla clara: prohibido enamorarse.
No sería tan difícil de lograr, ¿verdad? La farsa solo duraría un mes…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.