Él es la última cosa que ella quiere… pero la única cosa que necesita.
Willa Peet no está interesada en el amor.
Ella ha estado allí, ha hecho eso, y tiene el corazón roto para probarlo.
Lista para sacudir los fragmentos, se dirige a Dublín, Irlanda.
Pero allí se encuentra un problema.
Un problema pelinegro, de ojos azules con una mala actitud que rivaliza con la suya.
Y él no está repartiendo las amigables bienvenidas irlandesas.
Shane Claymore solo quiere correr.
La muerte de su padre lo forzó a salir del circuito de Fórmula Uno, pero sólo esta quedándose en Dublín el tiempo suficiente para vender el Hostal Claymore y conseguir tener las cosas en orden para su madre y hermana.
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