Puedo convertirme en un gato doméstico.
Es una magia divertida, pero en un mundo lleno de vampiros y hombres lobo, no me convierte precisamente en una potencia. Por el contrario, la comunidad sobrenatural me ha clasificado como una paria, lo que significa una cosa: meterse conmigo es temporada abierta todo el día, todos los días.
Los fae locales son los peores de todos, y es durante una de sus habituales sesiones de “captura a la chica-gato” cuando me transformo en mi forma gatuna y lo conozco a él por primera vez.
Noctus es tan poderoso que su magia irradia como un sol y mis captores apenas pueden verlo, y entonces mi vida se vuelve aún más aterradora cuando Noctus decide llevarme con él. Como mascota.
¿Por qué ha elegido hoy para adoptar, no comprar, un gato?
La cosa empeora cuando me doy cuenta de que es un elfo, una raza dominante de sobrenaturales que supuestamente fue exterminada hace siglos.
Pero no es un elfo cualquiera, no. Es un rey elfo, con montones de secretos que proteger. Secretos que estoy aprendiendo rápidamente desde que incluye a su nueva mascota en todo, desde irrumpir en edificios para inspeccionar papeleo clasificado hasta rastrear sobrenaturales sospechosos.
Todo esto significa que, si llega a sospechar que no soy un gato de verdad, voy a descubrir de primera mano cómo tratan los elfos a sus prisioneros.
Así que escapar de Noctus es la prioridad número uno.
¿Qué tan difícil puede ser? (Respuesta: mucho.)
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